La Playa de Madrid / A Praia de Madri

En Madrid, ya no tenemos más temperaturas alrededor de 40 grados.

El Verano (1786)
Goya y Lucientes (1746 - 1828)

Pero, en el hemisferio norte, el verano aún no ha terminado.






Y ya que por donde estamos el tiempo sigue caluroso, el 5 de septiembre Katerine y yo borramos un nombre más en nuestra lista de escapadas del calor.

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Esta vez, fuimos hasta el embalse de San Juan: un sitio muy bello, por aquí a veces tambén llamado de la Playa de Madrid.

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Salimos por la mañana.

Cogemos el metro en la estación de Manoel Becerra.

Bajamos en el intercambiador de Principe Pio.

Y, de allá, cogemos el autobús (n. 551) hasta el municipio de Pelayos de la Presa,

donde, siguiendo las instrucciones que hemos visto en internet, bajamos cerca de una gasolinera.

Caminamos hasta la presa.

Y, tras subirmos una escalera, la visión - no sólo de una, sino de múltiplas pequeñas playas - pronto nos encantó.

Como nos gusta el senderismo, decidimos nos quedar muy lejos.

Mientras nos marchamos, vimos paisajes bellísimos.

Pasamos por el vertedero y por la casa de fuerza de la construcción.

Y, así, sin prisa, seguimos nuestro camiño, 

hasta que, de repente, decidimos bajar en una de las bellas y pequeñas playas, donde hicimos de todo:

nos acostamos; comimos;

nos bañamos;

nadamos (hasta una isla de arena muy pequeña, cerca de la orilla de la playa donde estábamos);

Y, al final, tras nos acostar un rato más, volvimos a camiñar.

Paramos el sendero cuando llegamos a un río.

Disfrutamos de una playa más.

Y, al final, dichosos, volvimos a Madrid por el mismo camiño que hicimos en la ida.

¡Todo muy bien! (como los cinco años de bodas hechos en esta misma fecha)

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Em Madri, já não temos mais temperaturas em torno dos 40 graus.

O verão (1786)
Goya y Lucientes (1746 - 1828)

Mas, no hemisfério norte, o verão ainda não terminou.






E já que por onde estamos o tempo segue quente, em 5 de setembro eu e a Katerine riscamos mais um dos nomes da nossa lista de fugas do calor.

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Desta vez, fomos até o lago da represa de San Juan: um local muito bonito, por aqui as vezes também chamado de a Praia de Madri.

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Saímos pela manhã.

Pegamos o metrô na estação de Manoel Becerra.

Descemos no intercambiador de Príncipe Pio.

E, de lá, pegamos um ônibus (n. 551) até o distrito de Pelayos de la Presa,

onde, seguindo as instruções que vimos na internet, descemos perto de um posto de gasolina.

Caminhamos até a barragem.

E, após subirmos uma escada, a visão - não só de uma, mas de múltiplas pequenas praias - logo nos encantou.

Como gostamos de fazer trilhas, decidimos ir bem longe.

Enquanto nos deslocamos, vimos paisagens belíssimas.

Passamos pelo vertedor e pela la casa de força da construção.

E, assim, sem presa, seguimos o nosso caminho, 

até que, de repente, decidimos descer em uma das belas e pequenas praias, onde fizemos de tudo:

descansamos; comemos;

entramos no mar;

nadamos (até uma ilha de areia muito pequena, perto da beira da praia onde a gente estava);

E, por fim, após descansar mais um tempinho, voltamos a caminhar.

Paramos a trilha quando chegamos em um rio.

Curtimos mais uma praia.

E, por fim, felizes, voltamos para Madri pelo mesmo caminho que fizemos na ida.

Tudo muito bom! (como os cinco anos de casamento completados nesta mesma data)